Traducción de Google: Actualmente, he actualizado muchas de mis creencias para estar más en línea con el Vaticano II y ya no me adhiero a la posición de que el Vaticano II es herético, o que los Santos y adherentes al Vaticano II (y otros canonizados por el Vaticano II ) como la Madre Teresa fue herética o condenada, o que no merecen este título. ¿Por qué he cambiado de posición? Eso es simplemente porque la condenación es algo malo y el Vaticano II está más abierto a la salvación universal, mientras que la Iglesia anterior al Vaticano II no lo era.
Para obtener más información sobre este tema, y por qué la condenación es mala y por qué la Iglesia del Vaticano II enseña algo bueno al estar más abierto a la salvación universal, consulte esta publicación:
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La Nueva Misa Inválida
“Cuando viereis, pues, la abominación de la desolación, predicha por el profeta Daniel, en el lugar santo, el que leyere entienda”. (Mateo 24, 15).
El mundo ha visto Misas de payaso, en la que el “sacerdote” se viste como un payaso en son de absoluta burla de Dios.
…nuevas Misas donde judíos y unitarios ofrecen velas a los dioses falsos. Hay iglesias donde toda la congregación dice la Misa con el sacerdote;
Lo que hemos descrito es apenas una pequeña muestra de las cosas que ocurren, en un grado u otro, en todas las diócesis del mundo donde se celebra la Nueva Misa. Nuestro Señor nos dice: “Por sus frutos los conoceréis” (Mat. 7, 16). Los frutos de la Nueva Misa son incalculablemente escandalosos, sacrílegos e idolátricos. Esto se debe a que la Nueva Misa, incluso en su forma más pura, es una Misa falsa e inválida y una abominación.
(Un político estadounidense pro-aborto -John Kerry- recibe la “comunión” en la mano)
“El Novus Ordo [el nuevo orden de la Misa] representa, tanto en su conjunto como en sus detalles, una notable desviación de la teología católica de la Misa tal como fue formulada en la sesión 22 del Concilio de Trento”[4].Ellos pudieron ver con claridad que la versión latina de la Nueva Misa era una desviación notable de la enseñanza del Concilio de Trento. De las doce oraciones del ofertorio de la Misa tradicional, sólo dos se conservan en la Nueva Misa. Las oraciones eliminadas del ofertorio son las mismas que eliminaron los herejes protestantes Martín Lutero y Thomas Cranmer. La Nueva Misa fue promulgada por Pablo VI con la ayuda de seis ministros protestantes.
Los seis ministros protestantes que ayudaron a diseñar la Nueva Misa fueron: los doctores George, Jasper, Shepherd, Kunneth, Smith y Thurian.
Pablo VI eliminó lo que era demasiado católico en la Misa con el fin de hacer de la Misa un servicio protestante.Jean Guitton (un íntimo amigo de Pablo VI) escribió: “La intención del Papa Pablo VI en relación a lo que comúnmente se llama [Nueva] Misa, fue reformar la liturgia católica de tal manera que casi debería coincidir con la liturgia protestante. Esto era con una intención ecuménica de Pablo VI de eliminar, o, al menos corregir, o, al menos mitigar, en la Misa, lo que era demasiado católico en el sentido tradicional y, repito, hacer que la Misa católica se acercase más a la misa calvinista”[5].
Un estudio de las características y las oraciones de la Misa tradicional versus la Nueva Misa revela una masacre de la fe tradicional. La Misa tradicional contiene 1182 oraciones. Cerca de 760 de ellas fueron retiradas completamente de la Nueva Misa. Aproximadamente el 36% de lo que se mantuvo, los revisores alteraron más de la mitad antes de introducirlas en el nuevo Misal. Por lo tanto, solo el 17% de las oraciones de la Misa tradicional se mantuvieron intactas en la Nueva Misa. Lo que también llama la atención es el contenido de las modificaciones que se hicieron a las oraciones. Las oraciones tradicionales que describen los siguientes conceptos fueron específicamente abolidos con el nuevo Misal: la depravación del pecado; los lazos de la maldad; la grave ofensa del pecado; el camino a la perdición; el terror ante la furia del rostro de Dios; la indignación de Dios; los golpes de su ira; la carga del mal; las tentaciones; los malos pensamientos; los peligros para el alma; los enemigos del alma y del cuerpo. También se eliminaron las oraciones que describen: la hora de la muerte; la pérdida del cielo; la muerte eterna; el castigo eterno; las penas y el fuego del infierno. Se hizo especial énfasis en suprimir en la Nueva Misa las oraciones que describen el desapego del mundo; las oraciones por los difuntos; la verdadera fe y la existencia de la herejía; las referencias a la Iglesia militante, los méritos de los santos, los milagros y el infierno[6]. Se pueden ver los resultados de esta masacre en la fe tradicional de lo que caracteriza la Nueva Misa.
“Verdaderamente, si a uno de los demonios en ‘Cartas del Diablo a su Sobrino’ de C.S. Lewis se le hubiese confiado la ruina de la liturgia, él no lo podría haber hecho mejor”[7].
Ni siquiera uno de los requisitos obligatorios desarrollados por más de 2000 años se ha mantenido en la Nueva Misa para asegurar que el altar se ajuste con dignidad.
Esto también es lo que precisamente ocurrió en 1969, cuando Pablo VI promulgó la Nueva Misa, el Novus Ordo Missae. Las similitudes entre el Libro de Oraciones anglicano y la Nueva Misa son sorprendentes. Un experto señaló:
“La medida en que el Novus Ordo de la Misa se separa de la teología del Concilio de Trento se puede medir mejor mediante la comparación de las oraciones que el Consilium eliminó de la liturgia de aquellas eliminadas por el hereje Thomas Cranmer. La coincidencia no es apenas sorprendente: es horripilante. Ello no puede ser, de hecho, una coincidencia”[10].Con el fin de enfatizar su creencia herética de que la Misa no es un sacrificio, sino solo una cena, los protestantes eliminaron el altar y pusieron en su lugar una mesa. En la Inglaterra protestante, por ejemplo, “el 23 de noviembre de 1550 el Concilio Secreto ordenó que fueran destruidos todos los altares en Inglaterra y reemplazados por mesas de comunión”[11].
Y San Roberto Belarmino señaló: “…cuando entramos en los templos de los herejes, donde no hay nada excepto una cátedra para la predicación y una mesa para hacer una cena, sentimos que estamos entrando en un salón profano y no en la casa de Dios”[14].
El Libro de Oraciones anglicano de 1549 eliminó de la Misa el salmo Júzgame o Dios, por su referencia al altar de Dios. Este salmo también fue suprimido en la Nueva Misa. |
Thomas Cranmer (izquierda) y Martin Lutero (derecha)
De hecho, el Novus Ordo Missae también eliminó la oración tradicional del Viernes Santo por la conversión de los judíos. Esta oración ha sido reemplazada por una oración que no es por la conversión de los judíos, ¡sino por una en la cual se dice que ellos “crecen” en su fidelidad a su Alianza! Por lo tanto, esta es una expresión de apostasía en la oración de Viernes Santo de la Nueva Misa. Es una promoción del judaísmo y la herejía de que la Antigua Alianza sigue siendo válida.
En Viernes Santo, la religión del Novus Ordo reza: “Por el pueblo judío, el primero en escuchar la palabra de Dios, para que puedan continuar creciendo en el amor de su nombre y la fidelidad a su alianza”. |
Pero la Iglesia católica reza el Viernes Santo: “Por los pérfidos judíos; que Nuestro Señor y Dios pueda levantar el velo de sus corazones, para que puedan reconocer a Jesucristo Nuestro Señor”. |
En el Libro de Oraciones Anglicano de 1549, el equivalente de la oración que comienza Pueda la Mezcla y Consagración del Cuerpo y Sangre fue abolida. Es muy interesante que sólo una versión modificada de esta oración haya sido mantenida en la Nueva Misa con la importante palabra “consagración” eliminada.
En el Libro de Oraciones Anglicano de 1549 se abandonó la disciplina del rito romano en la distribución de la Comunión bajo una sola especie y se dio la comunión en ambas especies. En la Nueva Misa la Comunión bajo las dos especies se distribuye en varios lugares del mundo.
La oración que comienza Séate agradable, oh Trinidad Santa, el obsequio de tu servidor, fue la oración menos aceptada después de la Comunión por los protestantes, porque hace referencia al sacrificio propiciatorio. Martín Lutero y Cranmer en su Libro de Oraciones Anglicano, la suprimieron. Siguiendo su ejemplo, ella fue suprimida en la Nueva Misa.
Ahora el Último Evangelio. Si el Último Evangelio que cierra la Misa tradicional hubiese sido incluido en la Misa Nueva, entonces la Misa Nueva habría chocado con la forma de los servicios protestantes, que concluyen con una bendición. Por lo tanto, no se incluyó en la Misa Nueva.
Las oraciones después de la Misa tradicional, la oración Leonina, incluido el Ave María; la Salve; Oh Dios refugio nuestro; la oración a San Miguel; y el recurso al Sagrado Corazón, forman, en la práctica, una parte importante de la liturgia. No era posible imaginar cinco oraciones menos incompatibles con el protestantismo. Todas ellas fueron suprimidas en la Nueva Misa.
Teniendo en cuenta todo esto, incluso Michael Davies está de acuerdo: “No cabe duda que… el rito romano ha sido destruido”[19].
Además del hecho de que la Nueva Misa es un servicio protestante, también está el hecho de que las iglesias del Novus Ordo tienen un sorprendente e innegable parecido con las logias masónicas. Vea las fotos, esta es una logia masónica:
Además de todos estos problemas con la Nueva Misa, aparece uno aún mayor. El mayor problema de la Nueva Misa es que no es válida. Jesucristo no está presente en la Nueva Misa porque la Nueva Misa ha alterado las palabras mismas de la consagración.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, 1439: “Todos estos sacramentos se realizan por tres elementos: de las cosas, como materia; de las palabras, como forma, y de la persona del ministro que confiere el sacramento con intención de hacer lo que hace la Iglesia. Si uno de ellos falta, no se realiza el sacramento”[21].El problema con la validez de la Nueva Misa está en la forma, las palabras necesarias para realizar el sacramento de la eucaristía. La forma necesaria para realizar la eucaristía en el rito romano fue declarada por el Papa Eugenio IV en el Concilio de Florencia.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Cantate Domino, 1441: “…la Iglesia Romana, fundada en la autoridad y doctrina de los Apóstoles… En la consagración del cuerpo, usa de esta forma de palabras: ESTE ES MI CUERPO; y en la de la sangre: PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO, MISTERIO DE FE, QUE POR VOSOTROS Y POR MUCHOS SERÁ DERRAMADA EN REMISIÓN DE LOS PECADOS”[22].En el decreto De Defectibus del Papa San Pío V, encontramos las mismas palabras repetidas:
Papa San Pío V, De Defectibus, capítulo 5, 1 parte: “Las palabras para la consagración, que son la FORMA para este sacramento, son estas: ESTE ES MI CUERPO; y: PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO, MISTERIO DE FE, QUE POR VOSOTROS Y POR MUCHOS SERÁ DERRAMADA EN REMISIÓN DE LOS PECADOS. Ahora bien, si uno fuera a quitar, o alterar lo que sea en la FORMA de la consagración del Cuerpo y la Sangre, y en que la alteración misma de las palabras de la [nueva] redacción dejaría de significar lo mismo, aquel no consagraría el sacramento”[23].Esta enseñanza aparece en la parte frontal de cada Misal del altar romano desde 1570 hasta 1962. Podemos ver las mismas palabras mencionadas por el Concilio de Florencia que son declaradas necesarias por el Papa San Pío V. Por ello, todas estas palabras de la consagración aparecen destacadas en el Misal del altar romano tradicional, y es la razón de por qué el Misal romano instruye al sacerdote que debe sostener el cáliz hasta que se hayan pronunciado todas estas palabras.
La enseñanza del Papa San Pío V afirma que si se cambian las palabras de la consagración de manera que el significado sea alterado, el sacerdote no realiza el sacramento. En la Nueva Misa, las palabras de la consagración han sido cambiadas drásticamente y el significado ha sido alterado.
En primer lugar, la versión en latín original de la Nueva Misa ha eliminado las palabras mysterium fidei – “el misterio de fe” – de la fórmula de la consagración. Esto provoca una grave duda, porque “mysterium fidei” es parte de la fórmula en el rito romano. Si bien que las palabras “mysterium fidei” no forman parte de las fórmulas de consagración del rito oriental, ellas han sido declaradas que son parte del rito romano. Ellas también se encuentran en algunos ritos orientales. El Papa Inocencio III y el Canon de la Misa también nos dicen que las palabras “mysterium fidei” fueron dadas por Jesucristo mismo.
Papa Inocencio III, Cum Marthae circa, 29 de noviembre de 1202, respuesta a una pregunta sobre la forma de la eucaristía y la inclusión del “mysterium fidei”: “Nos preguntas quién añadió en el canon de la misa a la forma de las palabras que expresó Cristo mismo cuando transustanció el pan y el vino en su cuerpo y sangre, lo que no se lee haber expresado ninguno de los evangelistas… En el canon de la misa, se halla interpuesta la expresión ‘mysterium fidei’ a las palabras mismas… A la verdad, muchas son las cosas que vemos haber omitido los evangelistas tanto de las palabras como de los hechos del Señor, que se lee haber suplido luego los Apóstoles de palabra o haber expresado de hecho… Creemos, pues, que la forma de las palabras, tal como se encuentran en el canon, la recibieron de Cristo los apóstoles, y de éstos, sus sucesores”[24].
Las palabras “misterio de fe” en la consagración son una clara referencia a la presencia real de Cristo en la eucaristía. Estas palabras también fueron eliminadas por el herético Thomas Cranmer en su Libro de Oraciones Anglicano de 1549 porque ellas hacen clara referencia a la presencia de Cristo en la eucaristía[25]. Cuando las palabras son eliminadas de un rito, porque el significado que ellas expresan contradice la intención del significado del rito, se causa una duda. Más se podría decir sobre este asunto, pero ahora debemos pasar al demoledor golpe a la validez de la Nueva Misa.
En casi todas las traducciones vernáculas de la Nueva Misa en el mundo, las palabras de la consagración se leen como sigue:
Las palabras “por vosotros y por muchos para la remisión de los pecados”, han sido cambiadas por vosotros y por todos los hombres para la remisión de los pecados. La palabra “muchos” ha sido eliminada y reemplazada por la palabra “todos”. Este cambio enorme invalida a todas las Misas nuevas. En primer lugar, la palabra muchos fue utilizada por Jesucristo en la institución del sacramento de la eucaristía, como vemos en Mateo 26, 28: “ésta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados”. Las palabras usadas por Nuestro Señor, “por muchos para remisión de los pecados” representa la eficacia de la sangre que derramó Jesús. La sangre de Jesús es eficaz para la salvación de muchos, no de todos los hombres. En la explicación de esto, el Catecismo del Concilio de Trento se declara específicamente que ¡Nuestro Señor no quiso decir “todos” y por lo tanto, no lo dijo!“PORQUE ÉSTE ES MI CUERPO. Porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS”.
Catecismo del Concilio de Trento, Sobre la forma de la Eucaristía, p. 173: “Respecto a las palabras que se añaden: Por vosotros y por muchos, las primeras están tomadas de San Lucas y las otras de San Mateo, pero que las juntó seguidamente la Santa Iglesia, instruida por el espíritu de Dios; y son muy propias para manifestar el fruto y las ventajas de la pasión. Porque, si atendemos a su valor, habrá que reconocer que el Salvador derramó su sangre por la salvación de todos; pero si nos fijamos en el fruto que de ella sacan los hombres, sin dificultad comprenderemos que su utilidad no se extiende a todos, sino únicamente a muchos. Luego, cuando dijo: por vosotros, dio a entender, o a los que estaban presentes, o a los escogidos del pueblo judío, cuáles eran sus discípulos, excepto Judas, con los cuales estaba hablando. Y cuando dijo: por muchos, quiso se entendieran los demás elegidos de entre los judíos o los gentiles. MUY SABIAMENTE, PUES, OBRÓ NO DICIENDO “POR TODOS”, puesto que entonces sólo hablaba de los frutos de su pasión, la cual sólo para los escogidos produce frutos de salvación”[26].Como podemos ver, según el Catecismo del Concilio de Trento las palabras “por todos” no fueron especialmente usadas por Nuestro Señor porque ellas darían un significado falso.
San Alfonso de Ligorio, Tratado sobre la Santa Eucaristía: “Las palabras por vosotros y por muchos son usadas para distinguir la virtud de la Sangre de Cristo de los frutos: pues la Sangre de Nuestro Salvador tiene valor suficiente para salvar a todos los hombres pero sus frutos sólo son aplicables a un cierto número y no a todos, y esto por su propia culpa…”[27]El uso de “todos” cambia el sentido de la forma de la consagración. Nadie, ni siquiera un Papa, puede cambiar las palabras que Jesucristo específicamente instituyó para un sacramento de la Iglesia.
Papa Pío XII, Sacramentum Ordinis, # 1, 30 de noviembre de 1947: “… ningún poder compete a la Iglesia sobre ‘la sustancia de los sacramentos’, es decir, sobre aquellas cosas que, conforma al testimonio de las fuentes de la revelación, Cristo Señor estatuyó debían ser observadas en el signo sacramental…”[28]Puesto que “todos” no significa lo mismo que “muchos”, el sacramento no se realiza en la Nueva Misa.
Papa San Pío V, De Defectibus, capítulo 5, 1 parte: “Las palabras para la consagración, que son la FORMA para este sacramento, son estas: ESTE ES MI CUERPO; y: PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO, MISTERIO DE FE, QUE POR VOSOTROS Y POR MUCHOS SERÁ DERRAMADA EN REMISIÓN DE LOS PECADOS. Ahora bien, si alguien quitase, o alterase algo de la FORMA de la consagración del Cuerpo y la Sangre, y que la misma alteración de las palabras de la [nueva] redacción no significasen lo mismo, no se consagra el sacramento”[29].
Papa León XIII, Apostolicae curae, 13 de septiembre de 1896: “Y todos saben que los sacramentos de la nueva Ley, como signos que son sensibles y que producen la gracia invisible, deben lo mismo significar la gracia que producen, que producir la que significan”[30].Si no significa la gracia que produce y el efecto de la gracia que significa, no es sacramento, punto. Por tanto, ¿cuál es la gracia que se produce por el sacramento de la sagrada eucaristía?
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Exultate Deo”, Sobre la Eucaristía, 1439: “Ya también, porque conviene para significar el efecto de este sacramento, que es la unión del pueblo cristiano con Cristo”[31].El Concilio de Florencia, Santo Tomás de Aquino y muchos otros teólogos enseñan que la gracia producida por la eucaristía es la unión de los fieles con Cristo. Santo Tomás llama esta gracia “la unidad del Cuerpo místico”. La gracia producida por la eucaristía (la unión de los fieles con Cristo o la unidad del Cuerpo místico), debe distinguirse cuidadosamente de la eucaristía misma: “el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Cristo”.
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, p. III, q. 73, a. 3: “Ahora bien, ya hemos dicho 8 que la cosa significada [de la eucaristía] es la unidad del cuerpo místico sin la que no puede haber salvación, ya que fuera de la Iglesia no hay salvación”[32].
Ya que la unión de los fieles con Cristo es la gracia producida por el sacramento de la eucaristía – o lo que también se llama la realidad del sacramento o la gracia propia del sacramento de la eucaristía – esta gracia debe estar significada en la forma de la consagración para que sea válida, como enseña el Papa León XIII. Bien, entonces debemos ver la forma tradicional de la consagración y encontrar dónde está significada la gracia: la unión de los fieles con Cristo.
La forma tradicional de la consagración, según lo declarado por el Papa Eugenio IV en el Concilio de Florencia y el Papa San Pío V en De Defectibus, es la siguiente:
“PORQUE ÉSTE ES MI CUERPO. PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO, MISTERIO DE FE, QUE POR VOSOTROS Y POR MUCHOS SERÁ DERRAMADA EN REMISIÓN DE LOS PECADOS”.Note nuevamente: estamos buscando la parte de la forma que significa que la persona que recibe dignamente este sacramento se une o se une más fuertemente con Jesucristo y su Cuerpo Místico.
Las palabras, “DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO”, ¿significan la unión de los fieles con Cristo o el Cuerpo Místico de Cristo? No. Esas palabras no significan el Cuerpo Místico de Cristo, sino más bien contrastan los sacrificios temporales y prefigurados de la antigua ley con el sacrificio eterno y propiciatorio de Jesucristo.
Las palabras, “MISTERIO DE FE”, ¿significan la unión de los fieles con Cristo o el Cuerpo Místico de Cristo? No. Estas palabras significan la presencia real de Cristo en la eucaristía, como enseña Inocencio III, ellas no significan el Cuerpo Místico de Cristo.
Las palabras, “SERÁ DERRAMADA”, ¿significan la unión de los fieles con Cristo o el Cuerpo Místico de Cristo? No. Esas palabras denotan el verdadero sacrificio.
Las únicas palabras que quedan en la forma de consagración son: “QUE POR VOSOTROS Y POR MUCHOS… EN REMISIÓN DE LOS PECADOS”.
La remisión de los pecados es necesaria para la incorporación al Cuerpo Místico, y la remisión de los pecados es un componente indispensable de la verdadera justificación por la cual uno se une fructíferamente a Jesucristo. Las palabras “por vosotros y por muchos” denotan los miembros del Cuerpo Místico que han recibido dicha remisión.
Las palabras “POR VOSOTROS Y POR MUCHOS… EN REMISIÓN DE LOS PECADOS” son las palabras en la forma de la consagración que significan la unión de los fieles con Cristo o el Cuerpo Místico de Cristo, que es la gracia propia del sacramento de la eucaristía.
Ahora, si miramos la forma de consagración del Novus Ordo, ¿encontramos lo que significa el Cuerpo Místico/la unión de los fieles con Cristo (la gracia propia del sacramento de la eucaristía)? Esta es la forma de consagración en la Nueva Misa o Novus Ordo:
La forma de la Nueva Misa: “Porque éste es mi cuerpo. Porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos para el perdón de los pecados”.
¿Esta significada la unión del Cuerpo Místico de Jesucristo por las palabras “por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”? No. ¿Son todos los hombres parte del Cuerpo Místico? No. ¿Son todos los hombres parte de los fieles unidos con Cristo? No. ¡Podemos ver claramente que la Nueva Misa o el Novus Ordo ciertamente no significan la unión del Cuerpo Místico (la gracia propia del sacramento de la eucaristía), y por lo tanto no es un sacramento válido!
No hay nada más que decir… ¡la Nueva Misa no es válida!
Papa León XIII, Apostolicae curae, 1896: “Y todos saben que los sacramentos de la nueva Ley, como signos que son sensibles y que producen la gracia invisible, deben lo mismo significar la gracia que producen, que producir la que significan”[33].Para probar con más fuerza el punto, hay que notar que en todas las fórmulas de consagración en los ritos litúrgicos de la Iglesia católica, sea la liturgia armenia, la liturgia copta, la liturgia etíope, la liturgia siria, la liturgia caldea, etc., la unión de los fieles con Cristo o el Cuerpo Místico está significada en la forma de la consagración. Ninguna de las liturgias aprobadas por la Iglesia ha fallado en significar la unión de los fieles con Cristo.
Papa León XIII, Apostolicae curae, 1896: “Esa forma no puede ser considerada apta o suficiente para el sacramento si omite lo que debe significar esencialmente”[34].
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Exultate Deo”, 1439: “… porque conviene para significar el efecto de este sacramento, que es la unión del pueblo cristiano con Cristo”[35].
Estas son las partes de las formas de consagración del vino usadas por los ritos orientales que significan lo que hace la Misa tradicional y lo que la Nueva Misa no hace: la unión y los miembros de la Iglesia
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LA LITURGIA DE ARMENIA: “… porque por vosotros y por muchos será derramada en la expiación y el perdón de los pecados”.Nótese que la unión y los miembros del Cuerpo Místico están significadas por las palabras por vosotros y por muchos en la expiación y el perdón de los pecados”.
LA LITURGIA BIZANTINA: “… porque por vosotros y por muchos será derramada en remisión de los pecados”.Nótese que la unión y los miembros del Cuerpo Místico están significados.
LA LITURGIA COPTA: “… porque por vosotros y por muchos será derramada en remisión de los pecados”.Nótese que la unión y los miembros del Cuerpo Místico están significados.
LA LITURGIA ETÍOPE: “… porque por vosotros y por muchos será derramada en remisión de los pecados”.Nótese que la unión y los miembros del Cuerpo Místico están significados.
LA LITURGIA DE MALABAR: “… porque por vosotros y por muchos será derramada en remisión de los pecados”.Nótese que la unión y los miembros del Cuerpo Místico están significados.
LA LITURGIA MARONITA: (esta forma es idéntica a la que siempre fue usada en el rito romano)Nótese que la unión y los miembros del Cuerpo Místico son significados por las palabras “para el perdón de los pecados y la vida eterna de vosotros y de muchos”.
LA LITURGIA DE SIRIA: “Esta es mi sangre, de la Nueva Alianza, que será derramada y ofrecida para el perdón de los pecados y la vida eterna de vosotros y de muchos”.
Como podemos ver, la fórmula de consagración en todas las liturgias católicas significa la unión de los fieles con Cristo o el Cuerpo Místico de Cristo. En la Nueva Misa que dice: “por vosotros y por todos para el perdón de los pecados”, no significan el Cuerpo Místico ya que no todos pertenecen al Cuerpo Místico. Por lo tanto, la Nueva Misa no significa la gracia que la eucaristía produce. Ella no es válida.
Por lo tanto, un católico no puede asistir a la Nueva Misa bajo pena de pecado mortal. Aquellos que persisten en hacerlo cometen idolatría (adoración de un pedazo de pan). Jesucristo no está presente allí. La hostia no es más que un pedazo de pan, no es el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Nuestro Señor. La Iglesia siempre ha enseñado que acercarse a un sacramento dudoso (ya sea en la materia o en la forma) es pecado mortal. De hecho, el Papa Inocencio XI, en el Decreto del Santo Oficio del 4 de marzo de 1679[36], condena la idea que los católicos puedan recibir “sacramentos” probables. Y la Nueva Misa no es solamente dudosa, ella es inválida, ya que no significa la gracia que se supone debe producir. Ella es, en realidad, peor que un servicio protestante; es una abominación, que falsifica las palabras de Nuestro Señor Jesucristo y la fe católica.
Nota: En el momento que escribíamos esto surgieron algunos rumores de que el Vaticano, con el fin de engañar nuevamente a los tradicionalistas con la falsa Iglesia y la falsa Nueva Misa, está planeando corregir el error “por todos” en la forma de consagración. El hecho que el Vaticano vaya a hacer esto demuestra que “por todos” ofrece, como hemos dicho, un significado falso. Si llegaran a hacerlo, un católico debe seguir evitando todas las nuevas Misas bajo pena de pecado mortal, porque la Nueva Misa es, en sí misma, un servicio no católico; todavía faltan en la consagración las palabras “mysterium fidei”, y en cualquier caso la mayoría de los “sacerdotes” que la celebran no están válidamente ordenados (como se demuestra en el siguiente capítulo).